El abanico
Encontré por casualidad, en el prólogo de un libro, una fábula que explica de manera sencilla el sentido de la práctica de la meditación. Nada de conceptos complicados ni de palabras en sánscrito. Un cuento para niños, eso es lo que me funciona a mí para entender las cosas.
Quedé tan entusiasmado que decidí hacer una pieza de homenaje a esta pequeña historia. Así surgió el abanico, un trabajo especialmente exigente a nivel técnico pero realizado con mucha pasión. He contado una vez más con la colaboración de Mio Takada que ha caligrafiado la fábula en la parte superior del panel. El resultado es una obra de gran delicadeza y sensibilidad.
Un caluroso día de verano, Baso se abanicaba tranquilamente a la sombra de un árbol. Llegó un discípulo y le preguntó: “Maestro, si la naturaleza del aire está por todas partes, ¿por qué utiliza usted un abanico?” Baso le respondió: “Tú sabes que el aire está por todas partes, pero pareces ignorar que si no fuera por el abanico, el aire no podría manifestarse aquí y ahora” Después de lo cual continuó abanicándose tranquilamente.
I was so excited that I decided to make a piece to honor this small story. Thus the Fan arose, a particularly demanding work at the technical level but made with a lot of passion. I’ve counted once again with the collaboration of Mio Takada who has done the calligraphy of the fable in the upper part of the panel. The result is a work of great delicacy and sensitivity.
A hot summer day, Baso was fanning himself quietly in the shade of a tree. A disciple came and asked him: «Master, if the nature of the air is everywhere, why are you using a fan?» Baso replied: «You know that the air is everywhere, but you seem to ignore that if it was not for the fan, the air could not manifest itself here and now» after which he continued fanning himself calmly.
¡Un gran trabajo!
Una comunión del alma con el silencio y la belleza. Una conexión con la verdad pura. Asi siento tu obra en «El Abanico».
Gracias Ana, un abrazo